Forma rápida de administrar medicamento según indicación médica directamente dentro de un músculo.

Para realizar una inyección intramuscular de manera segura, es importante identificar los puntos anatómicos correctos. Algunos de los sitios más utilizados incluyen:

1. Región dorsoglútea: ubicada de 5 a 7.5 cm por debajo de la cresta ilíaca, en el cuadrante superior externo de las nalgas.
2. Región ventroglútea: se inyecta en el triángulo formado por el dedo índice, medio y la cresta ilíaca, colocando el talón de la mano opuesta en el trocánter mayor y el índice en la espina ilíaca anterosuperior.
3. Deltoides: se aplica de 2.5 a 5 cm por debajo del proceso acromion, en la parte superior del brazo.
4. Vasto lateral: se administra en el tercio medio de la línea que une el trocánter mayor del fémur y el cóndilo lateral femoral de la rodilla.

Las inyecciones intramusculares se utilizan tanto con fines profilácticos, como en la administración de vacunas, como con fines curativos, en el caso de medicamentos como antibióticos, hormonas y otros agentes terapéuticos. Es importante tener en cuenta las indicaciones y contraindicaciones para esta forma de administración. Algunas indicaciones incluyen pacientes no adherentes, intolerantes a medicamentos orales o incapaces de recibir medicamentos por otras vías comunes. Por otro lado, las contraindicaciones pueden incluir infecciones activas en el sitio de administración, alergias conocidas al medicamento o problemas de coagulación, entre otros.

Las inyecciones intramusculares pueden causar efectos secundarios leves y temporales, como dolor, enrojecimiento e inflamación en el sitio de la inyección. Sin embargo, si no se sigue la técnica adecuada, pueden ocurrir complicaciones más graves, como infecciones locales o daño a los vasos sanguíneos y nervios cercanos al sitio de administración.

En resumen, las inyecciones intramusculares son una forma común de administrar medicamentos que permite una rápida absorción y acción del fármaco. Sin embargo, es importante seguir las pautas adecuadas para su administración y tener en cuenta las indicaciones y contraindicaciones para garantizar su seguridad y eficacia.

Administración de medicamentos, incluyendo anti coagulantes, insulina, anticonceptivos, hormonas, entre otros, directamente en el tejido adiposo (justo bajo la piel), según indicación médica.

Administración de medicamentos o hidratación a través de una aguja que se introduce en una vena.